La historia de Saint-Malo

La ciudad de Saint-Malo, en Ille et Vilaine (Bretaña) tiene una historia única. Ha atravesado las épocas renovándose constantemente.

Su nombre “Saint-Malo” se explica por la llegada de un monje galés llamado Maclow, que llamó a la ciudad Maclou; transformada en Malo y luego en Saint-Malo. Esta histórica ciudad también es llamada “La ciudad corsaria” debido a sus numerosos corsarios que luchan contra los barcos enemigos del Rey o del Emperador. En aquella época, estos corsarios, a diferencia de los piratas, autorizaciones llamadas “Cartas de Marques” que les permitían atacar a las flotas extranjeras.

Al final de la Segunda Guerra Mundial, la ciudad de Saint-Malo fue incendiada y destruida en un 80%. Dentro de las murallas más de 680 edificios fueron destruidos, la catedral de Saint-Vincent quedó en ruinas y los daños fueron innumerables… la reconstrucción del centro de la ciudad comenzó al 26 de enero de 1947. Y fue a principios de la década de 1970 cuando la catedral de Saint-Vincent se reconstruyó por completo tras 21 años de trabajo.

Los grandes hombres de Saint-Malo

En aquella época, Saint-Malo era una isla, pero también un dinámico puerto corsario que era escenario de magistrales historias marítimas.

En efecto, Saint-Malo ha conocido a muchos navegantes y exploradores. Algunos se lanzaron a la aventura en busca de continentes desconocidos, como Jacques Cartier que descubrió Canadá. Otros partieron a petición del rey para saquear los barcos enemigos, como Duguay-Trouin, almirante de la marina real y Robert Surcouf, el rey de los corsarios.

Saint-Malo aumentó su fortuna y desarrolló gracias al descubrimiento de las Américas, pero también gracias al comercio con las Indias Orientales. Mientras algunos de ellos se jactaban de sus hazañas en el mar, otros se distinguían en diversos campos. Sobre todo, en la ciencia, como Moreau de Maupertuis. O en literatura y política, como François-René de Chateaubriand.

La Evolución de Saint-Malo

Saint-Malo se ha convertido poco a poco en una ciudad muy popular por su situación geográfica sobre el mar, el encanto de la ciudad corsaria y su arquitectura única. Es conocida por sus mareas altas, las mayores de Europa, con olas de hasta 13 metros de altura !

La ciudad ha aprovechado sus cualidades y características para convertirse en una ciudad emblemática de Bretaña. Muy cerca del Mont Saint Michel, de las islas Chausey y de las islas anglonormandas de Jersey y Guernesay, es el puerto de llegada para descubrir las regiones de Ille et Vilaine y Bretaña. Saint-Malo vive mucho de su puerto con sus líneas de ferry que sirven Inglaterra.

La ciudad corsaria, reconocida como una agradable y acogedora estación balnearia, se nutre de turistas de paso durante todo el año. Para aumentar sur atractivo y acoger a más gente, se ha construido una nueva estación de TGV. Esta estación ofrece muchas conexiones, incluida una línea de alta velocidad a 2 horas de París. Saint-Malo es la segunda ciudad francesa equipada con un centro de talasoterapia, llamado “Les Thermes Marins”.

Saint-Malo hoy

Si observamos su evolución a lo largo de los siglos, la ciudad ha cambiado mucho. Sigue evolucionando a lo largo de los años para atraer a turistas de todo el mundo a descubrir los lugares emblemáticos de la ciudad corsaria.

Hoy en día, Saint-Malo cuneta con más de 47 670 malouins y malouines (cifras del INSEE 2017). Esta cifra no deja de aumentar, a la vista de los numerosos proyectos inmobiliarios. La ciudad crece y las empresas se expanden gracias al tejido económico de su aglomeración (18 ciudades), que está cobrando importancia. Los sectores emergentes son el turismo, por supuesto, pero también el bienestar, la salud, los recursos marinos, la tecnología digital, la ciencia de plástico, el sector primario (agricultura y pesca), los deportes náuticos y la agroalimentación.